En el deporte de equipo, todos sus integrantes trabajan en la consecución de un objetivo que facilita el sentimiento de unidad.
Un sentimiento que ayuda a crecer de forma más equitativa posible los caracteres de sus integrantes, y procura aunar los objetivos individuales con los del equipo.
El baloncesto no lo va a ser menos y sabemos que un equipo en esta disciplina deportiva con buena sintonía entre sus miembros ,donde reina el compañerismo y que se llevan bien dentro y fuera de la cancha tiene más posibilidades de rendir al máximo a nivel individual como colectivo y por supuesto a nivel deportivo como personal.
Por lo tanto , el baloncesto como deporte de equipo que es, forma parte de la educación de los que lo practican , y tiene el denominador común de: escuela de valores sociales y personales.
Uno de estos grandes valores, sin dudas, es el compañerismo mencionado anteriormente.Y si hablamos de compañerismo hay grandes historias sobre él en las distintas disciplinas deportivas y el baloncesto tiene la suya.
Es la emotiva historia de dos jugadores de la NBA de la década de los 50: Twyman y Stokes. La historia de compañerismo que traspasó todas las barreras cuando Twyman se hizo cargo de su compañero de equipo Stokes que se quedó paralítico por un fatal accidente en la cancha de juego.
Tras contar su historia, terminaré con unas líneas sobre el premio que da la NBA al mejor compañero conmemorando y haciendo honor a estos dos colosos. Vamos allá: